Mátame, oh sí, mátame…vuelve a
sonreír y quedaré sepultada en lo más profundo de esta Tierra que no es capaz
de dar todo el calor que tu hermoso cuerpo emana. ¿Qué sabrán los demás de
querer, de anhelar o de soñar si nunca han visto tus enormes ojos, en los
cuales un océano cabría entero? ¿Qué sabrá el cielo de alturas si nunca habrá
tenido tanto vértigo como mi persona cuando me rozas? ¿Qué sabrá la vida del
disfrute que proporciona toda ella si jamás ha sido besada por tus labios? Tus
labios…tan jugosos y tan atrayentes que parecen ser la misma manzana prohibida
del paraíso, la caja de Pandora, un mundo entero por descubrir…mi mundo.
Ámame, es lo único que te pido
y a la vida, ¿qué más pedirle si ya me ha dado lo mejor que en ella habita, la
criatura perfecta, el Adonis hecho de carne y hueso? Sí…le pediría que si
pudiera cambiar la perspectiva te otorgara verte como yo te veo, a través de
mis ojos y pudiendo contemplar que para mí eres ese sueño que todo niño desea
de pequeño, eres la ilusión en la cara de un anciano al ser escuchado, eres las
ganas de alguien desesperado, el ímpetu de la vida, la felicidad del mundo
entero.
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