sábado, 2 de junio de 2012

Condenada























Sin saber por qué
te colaste en mis sueños,
te hiciste dueño
de mis pensamientos
alejando de mí
todo recuerdo,
ya fuera malo o bueno.

Te volviste autoritario,
nervioso y malhumorado,
me gritabas a diario
y parecías cansado.

No tuve culpa de tus enfados,
insultos,
golpes o arañazos,
solamente pretendía
estar a tu lado.

Demasiado tarde fue cuando reaccioné,
pues mi amor se fue con él
y lo que no es amor, también.

Condenada me tuvo
y aún hoy me retiene,
echando por un tubo
mi situación impotente.

¡Qué dolor tan grande siento
aún estando muerta,
que ni siento ni padezco
esta vida maltrecha!

No hay comentarios:

Publicar un comentario