jueves, 15 de noviembre de 2012

Juego perverso.

Siento ganas de matar y no puedo controlarme. Deseo sentir la sangre corriendo por mi boca y disfrutar de cada segundo. Nadie puede conmigo. Nadie sabe quién soy en realidad. Nunca he dejado que me vean o que sintieran mi presencia. Actúo cuando menos lo esperan y me excita. Lo hace hasta tal punto que violo a mis víctimas sin importar su sexo. Las devoro y en su último aliento de vida les violo. Les hago míos...parte de mí.
Me siento vivo. Más vivo que nunca. El saber que podré comerme a quien quiera, como quiera y cuando quiera es algo que me hace sentir muy orgulloso y a la vez...poderoso. Tengo derecho sobre todos. Soy su rey y tienen que obedecerme si no quieren morir.
Con algunos, en vez de violarlos y comérmelos sigo otro juego. Otro juego mucho más divertido. Les pongo bajo mis órdenes y si se han portado mal y no han cumplido...reciben su castigo.
Disfruto mucho haciendo todo esto y no lo cambiaría por nada.
Antes me sentía inútil en este mundo lleno de patanes que no saben siquiera sobrevivir por su propia cuenta. Me sentía marginado, aturdido, avergonzado...me sentía una verdadera mierda, pero ahora...ahora soy yo el que manda y el que pone las normas. Ahora es mi mundo. Ahora es mi turno. Ahora soy yo el que hace que toda esta gente viva o muera. Soy yo quien les devuelve las ganas de vivir con tan sólo verme, arrepintiéndose de todo lo malo que han echo y lamentando no haber disfrutado de la vida. Saben de lo que soy capaz. Me encanta esta sensación. Me encanta ser yo y no me importa si tengo que hacer daño o matar a los demás para sentirme así de bien.
Siento un gran placer al ver sus caras contraídas de dolor, llorando y pidiendo clemencia para luego relajar sus músculos y morir. Nadie se apiadó de mí y no lo haré con ellos.
¡Qué vida! ¡Qué feliz soy! Muchos me llamarán asesino, psicópata, violador...pero me da igual por que yo estoy al mando y...a quien no le guste...tampoco le gustará su final por que me encargaré de que sea lento y doloroso. Me encargaré de que su cuerpo quede total y literalmente vació, para luego hacerme un abrigo con su piel, como hacen con los animales.
Seguiré así hasta que me canse y decida empezar otro juego mucho más perverso y peligroso.
Nadie me conoce...y nunca...lo harán.









No hay comentarios:

Publicar un comentario