Muchos denominarían lo que tengo como vampírico pero yo tengo otro nombre que lo describe mejor: monstruo. Vivir en este cuerpo, con todas estas sensaciones no es nada fácil y desde luego nada que pueda gustar a nadie. Es asfixiante. No puedes controlarlo. Te terminas rindiendo y haciendo lo que te pide, como por ejemplo, beber la sangre del ser que más te atraiga.
Cada noche lo mismo. No duermo. Sólo me siento eufórico y me dan ganas de salir y matar. Me entra un hambre feroz que no calmo con nada, sólo con sangre. Entonces salgo y como siempre me ha sido fácil caerle bien a la gente me los llevo a un lugar apartado y me encargo personalmente de que no se escapen.
Es imposible que salga por el día, así que lo hago todo desde casa y me divierto por la noche, pero como lo bueno dura poco el tiempo me puso un obstáculo que hasta hoy, tres meses después no he podido superar.
Mi obstáculo se llama Lauren. La conocí una noche yendo de caza. Me fijé en ella por su melena de color negro azabache y sus ojos negros y penetrantes. No sólo eso me hizo quedarme embobado, también su olor, me atraía como no lo había hecho con ninguna, así que me acerqué he hice el ritual que hacía con todas mis presas. Mi sorpresa fue que al hablarle se me fue la noción del tiempo y descubrí que éramos iguales, bueno, al menos en lo que a aficiones se refiere. En mí se despertó un sentimiento que nunca, lo juro, nunca se había manifestado: el amor por otra persona. No fui capaz de comérmela a pesar de que me moría de ganas, pero las ganas de amarla ganaban por unos buenos tantos.
Pasaron dos semanas y quedábamos casi todas las noches, hasta que un día me dijo de quedar por la mañana.Mis evasivas funcionaron al principio pero luego empezó a sospechar. Como la amaba más que a mi propia vida le conté quién era en realidad y para mi asombro no salió corriendo y tampoco lo hizo cuando me convertí y saqué lo peor de mí.
Me aceptó, aunque parezca imposible.
Hoy, tres meses después me veo en la decisión más difícil que he tomado en toda mi vida. Me ha pedido que la haga como yo. Quiere que estemos juntos por siempre. ¿Seré tan egoísta como para convertirla y someterla a este agobio de vida o seré tan valiente de dejarla ir y que sea una persona normal?

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