para mis amigos, mi familia y mis enemigos, ya que a ellos también les mencionaré.
Hace un par de meses me deiagnosticaron cáncer. Estuve en quimioterapia, me he operado,
me he medicado... en fin, he intentado por todos los medios salir adelante para alargar aunque
sea un año más mi existencia. Por desgracia, todo esto no ha dado resultado y me quedan pocos
días de vida, quizá horas.
Me enteré que tenía cáncer cuando empecé a tener los primeros síntomas que lo delatan. No
fui al médico por que lo achaqué a cualquier resfriado o gripe primaveral, Sin embargo, al
cabo de dos meses, esos síntomas seguían en mí y cada vez más fuertes. Todo lo que me tomara o
hiciera para aliviarlos parecía que se esfumaba de mi cuerpo con una facilidad increíble.
Estando en esta situación mi hija que venía a cuidarme se preocupó y decidió llevarme al
médico. A partir de ahí empezaron las pruebas, los medicamentos... hasta que me dijeron con
total seguridad que mi estado se debía al cáncer. No me asusté, puesto que siempre me he
enfrentado a todo con una fuerza increíble que todo el mundo dice admirar. Al contrario, lo
acepté y aprendí que tenía que vivir con ello hasta que mi vida dijera: hasta aquí hemos
llegado. Todos debemos morir algún día, no sabemos cuándo ni de qué, así que acepté lo que
venía.
Al principio los medicamentos funcionaban, pero a medida que el cáncer crecía necesitaba
dosis dobles o algo más fuerte por que las anteriores no daban resultado. Al cabo de dos meses
me dijeron de operarme para intentar extirparlo, pero por desgracia aún sigo con él, sólo
pudieron eliminar una parte. Me he sometido a quimioterapia y gracias a ella los dolores son
a veces soportable, aunque los síntomas que produce son realmente agotadores.
Hace un par de semanas volví al médico, me hicieron pruebas y el cáncer se había
desarrollado mucho más, con lo que me dijeron que en un mes mi vida tocaba a su fin. Por
desgracia, ese mes ya ha pasado y cada día me encuentro peor. Ya no soy capaz de levantarme, de
beber o de comer por mi cuenta, de ir al baño, de pensar a veces con claridad e incluso no soy
capaz de hablar. En mí sólo siento dolor. Todo el que viene a verme intenta no derrumbarse
delante de mí pero sé que luego caen como una muralla que ha sido derribada escombro por
escombro, sobre todo mi familia. He vivido este último mes lo mejor que he podido y me alegro
de haberlo hecho.
Lo que más me irrita es el saber que me voy sin ver crecer a mis nietos, sin poder
disfrutar al completo de mi familia, de mis amigos, de mi vida. Aún así, estoy lista para irme,
para dejar este mundo y pasar a lo que halla después de esta vida.
Creo que ya he explicado bastante, con lo que vamos con la despidda, la parte más fácil y
más dolorosa.
Primero quiero despedirme de mi marido. Que Dios lo tenga en su Gloria, ya que él también
murió, pero lo hizo defendiendo a su país. Luis, querido, estés donde estés, quiero decirte
que no ha habido otro hombre en mi vida, solamente tú. Tu muerte me hizo desesperar, pero salí
adelante por nuestros hijos que hoy son hombres y mujeres. Te amé, te amo y te amaré por
siempre. Allá donde estés espero encontrarme contigo, para poder disfrutar en la muerte lo que
no disfrutamos en la vida.
Luis, Marta, Enrique, hijos míos. Sois dos hombres y una mujer hechos y derechos. Tenéis
vuestra propia familia, vuestras respectivas parejas que os han hecho feliz durante todo este
tiempo y espero y deseo que en este momento tan duro de vuestras vidas os acompañen y os guien.
Me voy de esta vida, es cierto, pero no de vuestros corazones. Mamá siempre estará ahí para todo.
Acordaos de mis consejos cuando no sepáis qué hacer. Nunca os separeis, ya que ahora que me voy
sois lo único que tenéis: los unos a los otros. Animaros, ayudaros, sed vosotros mismos en todo
momento. Sacad ese talento que tenéis y que sólo vosotros podeis potenciar al máximo. Mamá os
querrá siempre esté donde esté, por que os lleva en el corazón.
Lili, Ángela, Michael y Lorena, nietos, aunque os considero mis hijos. Os he criado como a
cada uno de vuestros padres. Lo he hecho lo mejor que sé y ahora aunque sois niños y os resulta
doloroso perder a la abuela, acordaros de estas palabras en la vida, por que os servirán de
mucho: La abuela os ama, nunca os dejará y si la echáis de menos, sólo tenéis que pensar en ella,
en esos momentos tan especiales que habéis pasado juntos. Sed siempre buenos, haced lo correcto
en todo momento aunque os duela alguna que otra decisión. Y lo más importante de todo, nunca os
olvidéis de sonreír ni de soñar.
Amigos míos, a vosotros sólo me queda deciros gracias. Gracias por todos los momentos buenos
que hemos pasado, también por los malos por que a pesar de ellos seguimos unidos. Gracias por las
lecciones de vida que la mayoría de vosotros me han hecho comprender. A vosotros también os
llevaré en el corazón ya que fuisteis y sois una parte muy importante en mi vida. Juntos nos hemos
visto crecer, madurar, llorar, reír... hemos pasado tragos amargos, hemos superado todo tipo de
obstáculos que se han puesto en nuestro camino. Por desgracia me voy pero espero veros allá donde
vaya. Os quiero.
Y por último, mis enemigos. Os nombro en esta breve carta por que quiero que sepáis que os
perdono todo aquel mal que me hicisteis en su tiempo. Soy demasiado tonta y vieja para guardar
rencor a cualquiera y total, voy a irme de este mundo y quiero irme sin guardarle rencor a nadie,
así que, suerte en la vida.
Es hora de terminar con esto. Os quiero a todos. No dejéis de luchar por aquello que valga
realmente la pena. La vida es hermosa aunque a veces te dé la patada. Es cuestión de saber llevarla
y lo más importante: disfrutad de cada segundo.
