Te vi en mis sueños y es imposible que ahora estés delante de mi ser, ofreciéndome una visión tan clara como en ese sueño que me atrapa una y otra vez, todas las noches de mi vida. Te conozco a la perfección y sé de memoria cada uno de tus movimientos, esos mismos movimientos que mis ojos no dejan de mirar por que están alucinados, como un niño cuando ve a un mago hacer un truco de magia y le pide que lo haga una y otra vez, sin cansarse.
Te veo ahora y no sé qué decir...mi cuerpo, pequeño y fatigado no tiene capacidad de movimiento, ya que tu sola presencia lo detiene, lo congela y no puedo pensar con claridad...todo se esfuma y me acelero. Me miras, sí, sé que me miras y no sé cómo actuar. Cierro los ojos rápidamente para intentar desaparecer pero siento tu mano en mi rostro y transmite tanta paz como el rayo de Sol por la mañana, como la taza de café recién echo, como el agua caliente que cae sobre tu cuerpo.
Te veo, te siento y sólo quiero que me beses, por favor, hazlo. Atrápame y sácame de este hechizo donde tú puedes hacer lo que quieras. Da igual, no importa, no tengo miedo de ti pero sí de la adicción que supones para mi cuerpo. ¿Qué pasará si te pierdo, si el mundo perdiese el Sol, si la Tierra dejara de rodar, si la gente deja de soñar? Pues que se acabaría la razón de vivir y las ganas de seguir, las mismas que perdería yo si no te tengo aquí.