Sentir que el cielo es azul
por el reflejo del mar,
mientras contemplas las nubes
que hacen figuras semejando un gran carnaval.
Sentir que el agua es cristalina
por que no hay nada más bello
que el reflejo de la vida
y todo lo que ella puede llegar a abarcar.
Sentir que la hierba es verde
por que proporciona alegría a la vista
dando un vuelco al corazón
que lo llene de ilusión.
Sentir que el viento te acaricia
por que eres una criatura divina
y llenando el alma de paz y bienestar,
haciéndote querer más y más.
El sonido claro de la lluvia
cayendo sobre ti
y quitando todo aquello que te hacía sufrir.
Sentir que el Sol es tan fuerte
que todo lo puede
por que su calor hace que la vida
tenga esa bella melodía
y por fin han de llegar
las estrellas de la noche,
que te hacen pensar que son infinitas
con su sin fin de lucecitas.
Al mirarlas puedes dibujar e imaginar
que muchos otros como tú
el mismo cielo han de mirar,
pero justo antes de tus ojos cerrar
aparece la reina del cielo,
la duquesa de terciopelo,
la dama de plata,
la princesa de una sola cara.
Ella con su dulzura y tenue luz
velará y guiará tus sueños
para que siempre estén serenos.