miércoles, 23 de octubre de 2013

Prisionera en una celda de cristal.

En la perdición me encuentro,
nadando en la soledad
y en un charco de lágrimas
que jamás se acabará.

Todo ha quedado atrás:
el amor, la alegría, la vida...
Todo se ha ido ya
y no ha dejado nada más.

El vacío en mi interior
reina a raudales,
me siento prisionera
en una celda de cristales.

De mi celda no puedo huir,
gritar o vivir.
Es insoportable pero una parte de mí
se va acomodando,
me va gustando.

No tengo a quien pedir ayuda
ni escapatoria alguna.
Estoy en mi celda de cristal
y nadie me encontrará jamás.




La palabra.

Una sola palabra
tengo  hoy para expresar
todo lo que tu amor
dejó atrás.
Es una palabra difícil de pronunciar
pero tiene tal poder
que a cualquiera haría enloquecer.

Te hace sentir una magia
que nadie sabe dar,
un calor
muy protector,
unos escalofríos
que son mi perdición.

Esa palabra se llama amor
y es lo que teníamos tú y yo.